Y a ver
El lunes empezaba oficialmente el verano (según el calendario) y con él, llegaba EL ANUNCIO. De los pocos que importan a la gente, que lo pasan por WhatsApp y alguien de los que lo recibe dice “ahora sí que es verano”. Y así, verano tras verano desde hace 12.
Estrella Damm sacaba el lunes la artillería con Rigoberta Bandini, versos y un amor a primera vista, y en la agencia cada uno comentaba si le gustaba o no . Y más allá de lo que dijera cada uno, yo pensaba en el dolor de cabeza que debía tener Oriol Villar (mente pensante junto con su equipo de este clásico que hay que ir reinventando verano tras verano). La presión de sentir a todo el mundo opinando, no solo otra gente que hace anuncios, sino a toda España. Que es lo suyo, porque es para quien está hecha la publicidad, para la gente. Aunque a veces se nos olvide a los que la hacemos y nos ponemos a pensar cómo vamos a sorprender ahora a nuestros compis y qué críticas harán cuando lo vean.
Esa presión, que no nos la quitamos ni en agosto, hace que en junio, en vez de pensar en “veeeeraaaaaanoooo” piensas en que tienes que hacer el viaje del verano, disfrutar de la canción del verano, pedir tus vacaciones de verano, opinar del anuncio del verano….no sé, a mí me gusta hacer el muerto en la playa.
Voy a hacer como Hugo, que sabe latín con 3 años y cuando se despierta dice: “Papá, mañana tenemos muchas cosas que hacer, hoy no”.
Rigoberta canta en el anuncio del verano “no tengo ganas de planificar” y yo, que no sé ni cuando tengo vacaciones y tengo que autoconvencerme de que es verano, escucho en bucle a Rigoberta para sentir el veeeraaaanoooo.
Y a ver qué pasa.
Feliz fin de semana.