Fuimos a celebrar una cosa buena que le había pasado a Marina, y para brindar con algo en la mano, nos sentamos en el Rocablanca. Estuve ida como 20 min intentando elegir mi desayuno favorito, y eso que eran las 8 de la tarde, pero en la pared tenían colgado un cuadro con una foto de 4 tipos de desayuno. Cada uno con su numerito, yo supuse que era para hacer como en las pelis y series de EEUU que piden las cosas en los bares esos de sillones rojos diciendo “me pones un 7 sin pepinillos”. Pero más bien me quedé pensando en qué desayuno me gustaba más. Esther me entenderá, es un lío tener que elegir todo el rato cosas que te definen y encima hablamos de comida y encima hablamos de desayunos.
Pregunté a los demás y me dijeron su favorito. Yo llegué a ordenarlos pero haciendo matices y sin eliminar ninguno, porque gustándome todos no puedo tener un favorito para siempre.
Los favoritos van por días, y tener una cosa favorita de lo que sea siempre es imposible. Un día te encanta el croissant pero te apetece un mixto y otro día te encantan las Hinds pero no te apetece escucharlas.
Pido por favor que dejemos de preguntar por favoritos de cosas porque a mí me gustan muchas cosas y tener que quedarme con una es un “patiment” que decimos en mi tierra. Yo me he pasado a preguntar “ahora mismo qué elegirías” y sirve para todo y no se pasa mal.
Dejo como portada de esta carta la foto del cuadro que querría para mi casa en la que salen cosas buenísimas para tomar ahora.
Ya me decís ahora mismo qué os pediríais. Yo lo único que apunto es que el croissant, lo pediría de los alargados así más francesitos.
Feliz desayuno sin tener que pensarlo mucho y feliz fin de semana.
Sin duda me pido un 3. Era mi cena preferida de pequeño cuando veraneaba en Dénia. Casualidad.
Un me gusta pero no me apetece