Si mi gata hubiera cogido COVID, no hubiera notado el confinamiento. Los gatos y los perros pueden contagiarse, pero no se enteran, de hecho son los únicos seres vivos que te agradecen el positivo. Es su sueño: sí o sí te tienen en casa, te disfrutan, te tienen atenta a su pienso y al cepillo.
Pe viene de Peluche. Con 8 años a una no deben dejarle poner nombres sola. Con los años me arrepentí y empecé a llamar a mi gata: Gato. Con ese nombre no había fallo, si a ti te dicen: “humana, ven”, igual tienes que comprobar si eres tú, pero sabes que humana eres, así que te das por aludida y por lo menos te giras. Así que fue por eso, pero sobre todo por una de mis pelis favoritas. Si no hubiera sido por una de mis pelis favoritas le hubiera llamado Gata. En paralelo, Laura la llamaba Pe, y también me gustó, porque parecía que estaba llamando a Penélope Cruz. Parecía que le estaba diciendo a Penélope Cruz que bajara del sillón y que dejara de hacerse las uñas en la funda del sofá y en la tapicería del sillón.
Estos 10 días he echado de menos a Pe, a Gato, a mi gata. Tanto como en el año que en unos días hace que no está. Cada vez que ha sonado el móvil o el timbre con un repartidor avisándome de los buenos amigos y familia que tengo, Pe hubiera esperado en la puerta, porque ella era ante todo señora de su casa. O se hubiera puesta delante de la pantalla del móvil porque lo primero que se tenía que ver de ella era su cara o su culo, según le daba.
Si mi gata hubiera cogido COVID, seguiría en casa, igual que siempre. En su confinamiento que no sé si voluntario pero en el que se la veía feliz. Seguiría esperándome en las esquinas de los pasillos para morderme o romperme las medias con las uñas, pero también hubiera esperado en el sofá a que yo me sentara y así acurrucarse ella, y también hubiera esperado en la mesa a que abriera el ordenador para ponerse encima del teclado.
Si mi gata hubiera cogido COVID, habría estado en casa, habría tirado el arbolito, y eso habría sido perfecto.
Feliz fin de semana y feliz Navidad.
"habría tirado el arbolito, y eso habría sido perfecto". Que bonito son los recuerdos. Que bonito es echar de menos, por extraño que parezca.