Profe, es que yo no he ido a Disneyland.
Ahora ya no te puedes inventar lo que has hecho en verano porque existe Instagram. Existía una época en la que sí podías, cuando a la vuelta de las vacaciones, en septiembre, te mandaban en el cole hacer LA redacción: cuenta a tus compañeros qué has hecho estas vacaciones.
Se palpaba nerviosismo, FOMO desde bien pequeños, postureo en babi, presión social y por último: mentirijillas. Siempre había alguien que levantaba la mano, atraía a la profe hasta su sitio y le preguntaba en bajito y con un poco de vergüenza: Profe yo es que no he ido a Disneyland, ¿puedo inventarme la redacción? La respuesta enseñaba gramática pero cero valores: claro que sí, no te preocupes, lo importante es que escribas algo. Yo eso lo he oído, y ahora lo recuerdo y entiendo de dónde nos viene todo, no toda la culpa la tiene Instagram.
Todo empezaba en el cole cuando los niños presumían de viajar, de ir a Disneyland por tercera vez. No se valoraba igual quedarte en casa que irte, y a los profes, como adultos que eran, ya traían eso aprendido, y les era más fácil enseñar a mentir que enseñar que está igual de bien tu verano con avión que sin avión.
Ahora que ya no llevas babi, cuando te preguntan qué vas a hacer este verano, o qué has hecho, dices a dónde te vas, no dices lo que vas a hacer, porque se nos ha metido en la cabeza que el verano es hacer un viaje, irte lejos, y no es eso. El verano es casi una actitud, y el viaje es un regalito que le haces a tu verano si te apetece y si puedes, que el verano no es mejor por irte de viaje, aunque Instagram o Los Niños Disneyland digan que sí.
No quiero ser caradura, que yo me voy de viaje, y me fui de viaje, y me iré, y de pequeña cuando las vacaciones no eran días que pedías por mail, mis tíos me llevaban siempre a los aviones. Mi primer despegue fue sentada a la derecha de mi tía, que me decía “mira mira me encanta cuando despegas porque se te aflojan las rodillas, a que notas algo en las piernas, uuuuuuhh Nievecitas que nos vamos” Ese “que nos vamos” fue mi primero por las nubes y luego vinieron más, y Lourdes siempre me decía que qué suerte, y es verdad, qué suerte las veces que mi tía me ha dicho “uuuuhhh” con emoción cada vez que me sentaba con mis tíos para ir a donde aún no habíamos ido.
Después de esos veranos de aviones, en las redacciones del cole escribía palabras como: cruceros, Nueva York, Disneyland, París… y otros veranos hubo redacciones con palabras como: tía Lolín y Sara, pueblo, calita, cangrejos. No sé si en ese momento las leía con la misma seguridad, ahora ya te digo que sí.
Mientras subo una cuesta de piedra, le mando a Alba un mensaje diciéndole que nos han cancelado una estancia, la del 22 al 24, pero que no pasa nada que busco otra, y le mando un sticker de dos perritos que bailan juntos agarraos. En unos días cogemos avión, pero ha habido redacciones de verano en las que no lo hemos cogido, y no pasa nada. Profes, díganselo a sus alumnos.