Porque sí es mejor que por qué sí.
A mí me cuesta, pero hacer las cosas porque sí es mucho mejor que hacer las cosas preguntándote que por qué sí. Me doy cuenta de esto cuando bebo antes de brindar. Ya son varios los amigos que he estado a punto de perder por semejante falta de disfruterío. Luego pides perdón, brindas, y ellos se quedan callados. No les hace falta una razón para brindar, pero brindan. Que es lo que cuenta. Hacerlo porque sí.
Y más ahora. Que dejarnos a esas apetencias sin tener que buscarles una razón, es todo lo que necesitamos. Y en todo este universo caben manías y pequeñísimos placeres.
También pasa mucho eso de hacerlo y luego dedicarle 4 horas de pensamientos en bucle a lo que has hecho. Por pequeño que sea el gesto. ¿Era necesario? ¿En serio tenía que decirlo? Lourdes, si estás leyendo esto, sabes de lo que hablo. Pero no hace falta decir que sí a cosas muy locas. Mis favoritos son los pequeños sí. Casi imperceptibles. De esos es imposible arrepentirse. Igual los demás ni se dan cuenta, pero tú lo sabes.
Tú sabes que dar un abrazo porque sí era todo lo que necesitabais. Sin razón y sin explicaciones. Llegar a casa con flores un día cualquiera y ponerlas casi dando un golpe en el jarrón. Aunque las estés dejando con toda la delicadeza del mundo, esa actitud resuena. Ir sin tiempo, como siempre, pero paras a secarte el pelo. Porque sí. Dar las gracias por todo porque sí, cocinar algo especial porque sí, poner el mantel bonito porque sí, tomar el aperitivo porque sí, aunque sea miércoles. Estrenar un vestido porque sí, da igual quien te vaya a ver. Escribir a esa persona porque sí, aunque sea para decirle “hola:)”, empezarte un libro porque sí, porque le tenías ganas. Aunque dejes otro a medias. Hacerte palomitas para ti solo porque sí, pintarte los labios un lunes, bailar frente al espejo con esa canción, encender velas, ponerte ropa interior bonita, abrir un vino para celebrar nada. Esas son las mejores celebraciones. Salir a desayunar, decirle a tu amiga que está guapísima (pero solo si es verdad, no seáis falsitos). Callarle con un beso, irte al cine a ver lo que sea, coger porque sí la guitarra otro verano para volver a no aprender a tocarla, ver Harry Potter, recordarle que le quieres, quedarte más tiempo en la ducha, buscar un detalle especial para decorar, recogerte el pelo, escribir una carta porque sí sobre hacer las cosas porque sí, hacer un regalo. Lo que sea. Hacer lo que sea sin esperar a tener un motivo.
Porque entonces no encontraremos muchas razones hasta 202__ (prefiero no poner un número). Y yo, la verdad,quiero brindar con un vinazo porque sí mucho antes. Hoy mismo. Porque sí.
He puesto esta foto porque sí.
Feliz fin de semana.