Si en Nochevieja tomamos 12 uvas porque hace muchos años hubo un excedente de uvas, y alguien pensó en cómo sacarles provecho, puede que la fruta en el roscón de Reyes esté ahí por el excedente de fruta en las casas de la gente durante todas las navidades.
Los paladares se han puesto de acuerdo en querer turrón, no fruta, y con el fin de seguir confundiéndolos, alguien pensó que llenando la fruta de azúcar, nos la comeríamos. Pero tampoco. Pobre fruta escarchada, arrinconada en las orillas de los platos, o peor, apartada por un cuchillo mientras se oye: “a mí sin fruta, sin verde ni nada de eso”.
Solo conozco a una persona que pide que le toque la fruta en su trozo de roscón. La misma que en una heladería pide vainilla con tutti frutti, hace “mmmmm” cuando le pasamos su trozo de roscón bien decorado de trozos de cosas de colores: mi padre.
A mi padre, hasta lo que no le gusta, le gusta. En la mesa y en la vida, mi padre es muy agradecido. Hay que ser más “como el jefe”.
Este año, no le he quitado las pepitas a las uvas. Normalmente las abría y se las quitaba porque así entraban mejor. Pero este año he pensado que las uvas y el 2022, van “pa’ dentro” con todo. Con piel, con pepitas, con uvas pochas, muy verdes o muy dulces. Con lo bueno y con lo malo, el año hay que comérselo. Yo conté muy orgullosa en la mesa mi metáfora, mi declaración de intenciones al 2022. Así que el Día de Reyes, igual. Welcome fruta escarchada, incluido lo verde.
El 2022, hasta con el haba. Porque hasta eso es un regalo.
Papi❤️
Me gusta la fruta escarchada y mucho, no me escondo. Quiero ser de ese selecto club al que pertenece tu padre y del que eres nueva socia :)