Ali apunta en una libreta todas las cosas increíbles que dice Hugo. Dice que le encantaría tener una cámara en la cabeza para estar grabando todo el rato y no perderse una, y yo siempre voy con el móvil en la mano para que conseguirle un efecto parecido. Luego se queja porque dice que no les mando todo (no es mentira) pero lo importante es que todo queda registrado.
Todo es mucho, y todo es gracioso, y todo es divertido. Y eso es solo lo normal con los Hugos y los Jorges de toda la gente, que son genios. Que todo lo dicen desde la inocencia, desde no saber tanto, desde no sentir vergüenza, desde no saber lo que es “eso que dices no es tan brillante como las otras que has dicho”.
Crecemos y nos hacemos tontos. Filtramos tanto que todo se va a la mierda, y todo lo que decimos tiene que estar pensado para estar seguros de lo que decimos, no vaya a ser que luego nos arrepintamos de haberlo dicho y nadie más que tú y solo tú, se raye.
Nos hacemos tontos por dejar de decir tonterías, por buscarlas y por pensarlas, en vez de dejar que salgan solas. Ahora, yo voy con la app de notas quitando todo el espacio de mi móvil, para ir apuntando “las cosas que pienso” que ni siquiera son las que digo, como Hugo. Son las que se quedan sin decir, a ver si algún día son dichas. En una carta, en un anuncio, en un pie de foto de Instagram o en un WhatsApp.
Mi móvil está lleno de fotos y vídeos de Hugo y Jorge siendo genios, y de notas que quieren ser como Hugo y Jorge.
Feliz fin de semana.
Qué suerte haber tenido un rato de café para haberte leído. Voy a tener que imprimir este oldletter para colgarlo en la habitación, ea.