Salí de casa y la vi cruzar al colegio de enfrente. Iba con uniforme, no sé a qué hora entraba esa chica-niña al colegio, quizá ya debería haber entrado, pero iba tranquila.
Creo que me quedé mirándola más tiempo del que es normal cuando te cruzas con alguien sin más, porque ella también me miró, y yo no sentí que me miraba a mí, si no que miraba a una chica-niña de su edad, una que también iba camino de su cole.
Es verdad que yo sé ahora más cosas que la “yo” que llevaba uniforme, pero después de verla a ella, me miré a mí reflejada en el ventanal del VIPS y pensé que la chica-niña y yo éramos las mismas aunque vestidas con ropa diferente.
Si la chica-niña me hubiera hablado, sé que me hubiera puesto nerviosa, porque no tengo la autoridad de las chicas mayores a las que yo me quería parecer cuando era chica-niña.
Cuando veníamos a ver a Laura a Madrid, mientras el coche de mi padre paseaba por el centro buscando sitio para él, yo miraba todo y quería ser las chicas que cruzaban los pasos de cebra yendo a hacer sus cosas, sus vidas. Si yo, la que soy ahora, pasara por ese paso de cebra al que yo, la que era antes, miraba, ¿me querría parecer a mí? Si yo me viera a mí misma, con mi ropa, mi cara, mi pelo, mi cabeza, y la cara que pongo cuando hablo por teléfono o cuando miro si no hay niños que me vean cruzar en rojo, ¿querría ser yo?
Éramos el coche de mi padre y yo buscando sitio, cada uno el suyo, y yo creo que estoy bien en mi cuerpo, aunque me vea más chica-niña que chica.
Si yo fuese la chica-niña del coche me encantaría parecerme a la Nieves actual cruzando los pasos de cebra ❤️
Pués yo creo que la chica- niña es ahora una chica -mujer que se sigue ilusionando en la vida a la que ha llegado, has encontrado un buen sitio.