No me gusta Halloween, pero me gusta que a la gente le guste Halloween.
A mí me gusta comer huesos de santo, ir a ver el nombre de Lolín, Sara, Abraham y Josefina grabado en mármol negro, las manos de mi madre cortando tallos y haciendo centros, que me cuente qué flores ha comprado este año y cómo las va a combinar, el patio de Chinchilla con cubos de agua por el suelo, mi padre mojando esponjas y cortándolas con la forma del recipiente que le toca a cada mármol, y yo pensando que mis Halloweens se parecen más a los de México que a los de Estados Unidos, todo lleno de flores.
Aún así, me gusta que a la gente le guste celebrar Halloween, y más por lo de celebrar que por lo de Halloween. Hugo y Jorge están emocionados poniendo arañas peludas por la casa, Ali diciéndole a Alexa que ponga “This is Halloween” y yendo a Tiger a ver qué fantasmitas/esqueletos/calabazas hay este año. Ali y Alex nunca han sido de Halloween, pero desde que Hugo y Jorge ven 362 veces al año Pesadilla antes de Navidad pensando en que llegue Halloween, y pensando en que después de Halloween llegará Navidad, lo son. Me gusta verles celebrar, si es Halloween, también.
Con el fútbol me pasa lo mismo, no me gusta, no consigo que me interese, pero cada vez que en la agencia alguien dice que hoy hay partido, me pongo contenta. Me los imagino compartiendo la misma alegría. Una mitad comparte una alegría de un color, y la otra mitad la del otro color, pero todos están contentos al menos durante 90 minutos. Mucha gente concentrada a la vez en la misma patada, unos celebrándola y otros lamentándola, pero todos hacemos por una vez algo a la vez (esto se lo acabo de robar a Mecano porque ese es mi reggeaton), aunque sea mirar a dónde va una pelota.
Todos los Santos, Todos los Partidos, pero todos los años, y que cada uno celebre lo que quiera, pero que celebre.
Feliz fin de semana.
Que bonito. Me gusta esto que cuentas
No le gusta, me chiflaaaa