Los delincuentes de la Navidad
Yo porque siempre he dormido muy bien, pero hay una cosa que me deja siempre un rato pensando antes de dormir, justo cuando de repente te viene todo a la cabeza.
Hasta esta semana el pensamiento iba y venía, pero nunca se resolvía. Así 26 años. Unos pocos menos si quitamos los primeros de vida en los que los pensamientos ni sabes que existen. Pues bueno, 26 años pensando muchísimo en que NUNCA VEMOS CÓMO LA GENTE PONE LAS LUCES DE NAVIDAD EN LAS CALLES NI EN El Corte Inglés. Tú un día te vas a dormir y al otro te despiertas y puedes vomitar luces si quieres, que hay de sobra. Sorpresa, es Navidad.
En ninguna ciudad he visto un reno de luces salir de un camión para ser colocado debajo de la I de Inglés. Quizá antes, esto se hacía con más naturalidad, a plena luz del día, sin miedo ni culpa, pero ahora que cada año empiezan a verse antes de tiempo stories de gente diciendo “Christmas Time” cuando aún van en manga corta, pues entiendo que se sientan delincuentes estas personas de las luces, es que lo son.
Pues la otra noche vi algo por primera vez. La otra noche aún era septiembre, y ya tarde, volviendo a casa en un Uber, pasé por Princesa y un señor se daba prisa en colgar de un árbol bombillitas.
Fue rapídismo, pero lo vi. No llevaba un camión corporativo, de las puertas no salían adornos, él no iba uniformado con un chaleco que pusiera “INSTALACIONES Y LUCES NAVIDEÑAS S.L”, pero le vi, vi como ponía bombillas al árbol.
Cojo mi frase favorita, ya histórica de España, que dijo Tamara Falcó para expresarme bien: Me da igual si fueron 6 segundos o un nanosegundo en el metatarso, pero si esto es verdad, se acabó. Pues al día siguiente volví y estaba el árbol decorado. Solo uno, solo ese, pero lo habían hecho. Era verdad. Y esta vez lo vi, y no sé si el conductor lo vio, pero yo sí. No tuvieron en cuenta que a esa hora podría haber gente pero yo fui esa gente.
El señor se daba prisa como si estuviera poniendo una bomba más que unas luces, pero durante ese nano segundo en el metatarso yo resolví mi incógnita vital y vi que ese es su modus operandi. Muy tarde, cuando nadie mira, para que nadie se les eche encima, poquito a poco van adornando las ciudades de Navidad. Todos los días vas viendo pequeños avances que pasan desapercibidos y tú te piensas que aún está todo bien, que es septiembre, que acabas de empezar el curso… pero un día de octubre de repente es Navidad y no entiendes nada. A ti que te encantaba la Navidad. En su mes, en su tiempo, con su poquito de frío aunque sea.
Me voy a hacer la compra, espero no ver calendarios de adviento o tendré que comprarlos.
Feliz fin de fin de semana.