Entre pedir una ensaimada normal o con sobrasada, lavarte el pelo antes de ir a la playa o dejarlo estar porque total..., llevarte un libro al viaje o ser realista, bajarte una chaquetilla a la plaza para la verbena o no, subir a medio cubata porque ahora tienes frío y no chaqueta o esperar porque total…, si mojar el collarcito nuevo o guardarlo en la bolsa de la playa, si leer o echarte la siesta, entre todas esas decisiones tan poco cruciales pero importantísimas en verano, mi favorita es la del helado.
Que la mayor preocupación en todas las vacaciones de una persona sea qué helado pedirse, y pasarse 15 minutos delante de un cartón con fotos de pirulos, fantasmitos, magnums y cornettos, es disfrutar del verano, de lo superficial y de la nada misma. Ver a José, Irene y Marta volver ilusionados a la mesa con un helado de cuatrocientos chocolates, y decir emocionadas que al principio iban a coger uno, luego otro y al final se han cogidos los 3 el mismo porque el de una le daba envidia. Y tan contentas todas. Pues qué maravilla de verano.
Feliz finde, a ver qué helado elegís para merendar.
Stracciatella y Pitufo since 1995 (más o menos) y para siempre.
Magnum blanco y ensaimada de sobrasada de regalo... 😜