Busco en Google “películas otoño acogedoras”. No sé si lo de acogedoras va a limitar mucho la búsqueda, pero me sale lo que quería. Las primeras entradas ya aseguran el éxito de una noche a gustito: 28 películas de manta y peli perfectas para un día de lluvia, 12 películas que querrás volver a ver este otoño, Las mejores películas para disfrutar el otoño y creer en el amor, Las 15 mejores películas de otoño para abrazar la temporada acogedora, 20 películas imprescindibles que captan la verdadera esencia del otoño, 10 películas otoñales para ayudarte a aprender inglés, Las mejores películas para un otoño viajero, etc. Me contento con el resultado, me voy haciendo hueco entre los cojines, elijo ver otra vez “Tienes un e-mail” aunque no esté muy de acuerdo con el final, miro la hora, y pienso que las 23.06h no es mala hora para ver una peli, si la peli dura hora y media.
En verano, tener esa sensación es más raro. Los cojines te sobran y lo que te apetece es otro tipo de planes, y si el plan es cine, que sea de verano, en una pantalla gigante con gente mandando callar a gente.
Disfruto mucho del verano, lo idealizo como todo el mundo, e intento que ningún finde pase en vano, justifico el dinero que se me va en billetes de tren o avión con que es verano y soy joven y hay que vivir y además mi familia no está en Madrid, pero si hay que elegir estación favorita, me quedo con las de entretiempo.
Primavera y otoño, como estaciones, son las mejores. Parece que las estaciones son casi sensaciones, y además terminan igual. Fotos, pelis, acciones como el cambio de armario o no saber si la chaqueta sobra o se queda corta, romantizar todo y elegir entre seguir llevando pijama de verano pero taparte más, o pijama largo y no poner el edredón. En los primeros días de otoño, esas decisiones, importan.
Siempre que pienso en las estaciones, pienso en los planes que hago en esas estaciones para elegir cuál es mi favorita, cuando las estaciones son un momento del año y en realidad, lo que tendría que pensar es en esos momentos. Si al verano no le pusiéramos tanto peso, tanta presión, tanto anuncio de Estrella Damm que vivir aunque sea una vez en la vida, sería mejor. Pero es un momento más del año de los cuatro que tiene. Además, un buen verano implica un buen dinero: escapadas, viajes, playa, pueblo… desplazamientos como mínimo. Pero en otoño por ejemplo, con menos llegas a más. Ver series o pelis ya lo pagas todo el año, hacerte un café, te lo haces igual, las sopas se vuelven otra vez curativas, y salir con chaqueta de casa es un alivio. Todo se transforma de repente según el mes en que lo hagas.
He tenido que cambiar de móvil porque el mío ya no sabía cómo decirme que le dejara descansar, que me ha dado muy buena vida ya y que quiere ser porfi el móvil de por si acaso. Si esto hubiera pasado en verano, me daría cosa estrenarlo porque en la playa, la arena siempre se cuela. Pero en otoño, estoy deseando sacarlo a pasear para hacer una foto bonita, que mi móvil hace meses que no me deja.
Hoy, en casa, se iban al campo a coger oliva. Ali se disfraza de jornalera y Hugo y Jorge van a competir por ver quién llena antes de olivas el cubo de la playa. El otoño acaba de eclipsar al verano.
Feliz fin de semana.
😍
Estoy totalmente de acuerdo.