Coca Cola y agua
Vinieron a casa unas primas de mi madre y se quedaron en el patio a hablar un rato. Coca Cola y agua. Me quedé con ellas y escuchaba cómo la experiencia hablaba, con las uñas rojas perfectas siempre, de su marido. Ella decía que ya no estaba. Que se marchó. Su hermana asentía muy dulce. Hablaban de la muerte con naturalidad, no es que esa palabra fuera un tabú, pero siempre es mejor hablar de viajes.
Ya con una edad, y en un pueblo, la experiencia habló muy bien y muy bonito hablado: Nunca hemos sido de luto. Qué hacemos con el luto, si el luto se lleva en el corazón. El luto no dura 3 meses como un vestido.
Esas uñas rojas se pasearon por las fiestas este verano, sonreían y te abrazaban. Pero la verbena va por dentro, y aún falta un poco para que puedan bailar.
No pasa nada. Ella, mientras, va eligiendo vestido.
Feliz fin de fin de semana.