Buena gente pero gente guapa
Buscan muy bien a la gente joven y guapa que está parada, colocada estratégicamente por la calle, entre espacios complicados de atravesar sin tener que establecer contacto visual con esa gente joven y guapa de chalecos corporativos que está parada y colocada estratégicamente en la calle para venderte una suscripción a alguna asociación que ayuda a gente a la que tú no estás ayudando por no estar pagando algo, algo que pocos llegamos a escuchar porque pocos llegamos a pararnos cuando la gente joven y guapa, haciéndote sentir primero bien, dicen: “Seguro que está chica tan guapa con cara de buena persona...” Y luego, haciéndote sentir mal, continúan: “...tiene un segundito para pararse a hablar conmigo o aunque sea escucharme un momento, que nadie ha querido escucharme hoy”. Y me paro. Por lo de guapa o por la pena, no lo sé, pero me paro.
Igual soy yo, o somos todos, no sé, voy a pensar que todos, nos imaginamos que como son temas sociales, la gente joven y guapa de los chalecos son voluntarios y voluntarias, pero es que no puede ser que la gente que hace voluntariados sea toda preciosa, o en Madrid por lo menos. No estaría bien un filtro de selección de buenas personas pero sobre todo guapas personas. Los altos mandos de las asociaciones que ayudan a personas han visto que con la pena solo no funciona, y ahora quieren engañarte con belleza.
Una vez por Fuencarral, esquivando a estas personas guapas y ayudadoras como si fueran conos en la clase de gimnasia del cole, yo creo de verdad que le gusté a una chica, lo digo de verdad, y cuando me paró le dije la verdad porque noté que le gusté de verdad, y en esos momentos está feo mentir: “Mira me sabe mal pero justo estoy viendo para ahorrar un poco y apuntarme a piano, o sea que no voy a colaborar con nada, te digo la verdad”.
En vez de intentar hacerme sentir mal por mi verdad o dejarme tranquila por la sinceridad de mi verdad, me siguió preguntando por el piano, y ahí supe que lo estaba haciendo todo mal, lo de no ayudar y lo de la chica, así que ahí vi que había que mentir: milgraciassigoquetengoprisa”. Así de carrerilla sin comas y sin aire.
La verdad es que te confunden, ir al metro por las mañanas se está pareciendo cada vez más a ir a la barra de cualquier sitio de madrugada. Cualquier día te invitan a un chupito para que firmes. No descarto que la gente joven y guapa de por las mañanas ponga copas por la noche.
Feliz fin de fin de semana.